A tres días de la “Pascua” del Papa Francisco, el sentimiento que predomina es de gratitud por el DON que Dios nos dio a través de su persona y de su ministerio que va mucho más allá de los católicos romanos.
Su ministerio empezó y terminó con la “bendición” al “santo pueblo de Dios” como le gustaba considerarnos. Fue un dador de “bendición” y al mismo tiempo un necesitado de ella – de oración. Siempre pedía insistentemente: “No se olviden de rezar por mí”.
Hoy, somos nosotros los que le pedimos: “No te olvides de rezar por nosotros”.
No sabemos lo que nos deparará el futuro, pero su legado no lo olvidaremos fácilmente porque nos ha desafiado a vivir con coherencia el Evangelio.
GRACIAS POR TODO, PAPA FRANCISCO.
Hna Ana María Alcalde
Superior General