SIGNO DE VIDA DE CHAD

Chad es un bonito país con un paisaje muy diversificado y una población variada. En Gounou-Gaya hay una comunidad de la Sagrada Familia que se instaló en el año…..

Nuestra presencia

en Chad

Chad es un bonito país con un paisaje muy diversificado y una población variada. En Gounou-Gaya hay una comunidad de la Sagrada Familia que se instaló en el año…..

Gounou-Gaya es un pueblecito situado a 400 Km. de Mokolo, Camerún. La comunidad cuenta con 4 hermanas comprometidas en la pastoral de la parroquia: visita a las familias, grupos de jóvenes, justicia y paz y catequesis. También garantiza la ética y la moral del Colegio Comunitario para niñas, en colaboración con los sacerdotes de la parroquia. La comunidad está representada en el Colegio por dos hermanas, una asume la dirección.

La situación de la mujer en el Chad es muy precaria, teniendo en cuenta las costumbres culturales: poligamia, la mujer formando parte de la herencia, mientras que ella no puede ser heredera. No dispone de suficiente poder económico, ni social y eso hace que la mujer sea frágil y vulnerable. Las  niñas no van a la escuela o asisten muy poco, y las que tienen la suerte de poder ir no terminan porque se casan muy jóvenes o padecen embarazos no deseados y el peso de la tradición. Esta situación está muy acentuada en Mayo Kebbi, la región en donde vivimos.

El Colegio se creó para librar a las jóvenes de esta situación. Sus objetivos, son, entre otros, aumentar la escolarización de las niñas, conducirles a una toma de conciencia de su rol en la sociedad, y formar futuras madres capaces de asumir la responsabilidad de educar y promocionar.

Como primer signo de vida, desde que se creó el colegio, en el año 2001, ha formado más de 300 niñas.  La primera promoción ha obtenido el diploma de bachillerato en 2008. La presencia de las hermanas en el colegio transmite seguridad y crea un ambiente más femenino, lo que permite a ciertas jóvenes abrirse y comprometerse más,  haciéndose conscientes de que tienen muchas cualidades y  la misma capacidad que los hombres..

Según mi experiencia personal, las jóvenes han cambiado mucho desde hace un año. Al principio les resulta difícil escuchar las ordenes de una mujer aún siendo la directora del centro. Están más dispuestas a escuchar a los hombres que a las mujeres.

Las antiguas alumnas del Colegio están agradecidas por la formación recibida y son capaces de hacer un trabajo intelectual sin hacer trampas.

En el colegio existe una vida real porque hay una sincera colaboración entre los profesores, amistad entre las alumnas, y una relación fluida entre alumnas y profesores. Esto crea una dinámica que converge en una armonía total, aunque las alumnas y los profesores sean de diferente confesión religiosa.

El colegio continúa su camino y su experiencia con la ayuda de Dios, a pesar de ciertas dificultades inherentes al medio escolar femenino.

 

                                                                           Hna Jolanta Okupniarek sfb