TEXTO PARA LA REFLEXIÓN

Historia del Rabino Eisik de Cracovia.

Este piadoso rabino, Eisik de Cracovia, tuvo un sueño en el que se le ordenaba que fuera a Praga: allí bajo el gran puente que conducía al palacio real, debía descubir un tesoro escondido. Soñó lo mismo tres veces, y entonces decidió viajar a Praga.

Cuando llegó, encontró el puente, pero día y noche estaba vigilado por centinelas. Eisik y no se atrevió a rebuscar. Merodeando por los alrededores llamó la atención del capitán de los guardias; éste le preguntó amablemente si había perdido algo. Sencillamente el rabino le contó su sueño. El oficial se echó a reír: « ¡Pobre hombre!, -le dijo- « ¿has gastado tus zapatos para recorrer este camino solo porque has soñado ?

El oficial también había oído esta voz en sueños –dijo- “ Me hablaba de Cracovia, y me mandaba ir allí para buscar un tesoro en casa de un rabino que se llamaba Eisik , Eisik hijo de Jekel. El tesoro estaba enterrado en un rincón polvoriento detrás de una estufa”.

Pero el oficial no añadió el número de veces que había oído la voz. El oficial era un hombre razonable. El rabino hizo una inclinación profunda, le dio las gracias y se apresuró a regresar a Cracovia. Cavó en el rincón abandonado de su casa y descubrió el tesoro que puso fin a su miseria.

« De la misma manera –comenta Einrich Zimmer- el tesoro verdadero que pone fin a nuestras miserias y a nuestras pruebas, nunca está lejos. No hay que buscarlo en un país lejano, está enterrado en los rasgos más íntimos de nuestra propia casa, en nuestro ser. Está detrás de la estufa, el centro que da vida y calor que gobierna nuestra existencia, el corazón de nuestro corazón, sólo hace falta profundizar. Pero hay algo extraño y constante: sólo después de una peregrinación a un país lejano, en un país extranjero, en una tierra nueva, se nos revelará la significación de la voz interior, que conduce nuestra búsqueda. Y a este hecho extraño y constante se añade otro: Quien nos revele el sentido de nuestro viaje misterioso, de nuestro viaje interior debe ser un extraño, de otra religión y de otra raza.” 

Khassidischen Bücher de Martin Buber
Citado por Mircea Eliade en :
“Briser le toit de la maison”
(Gallimard 1985)

 

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