Un gran número de pacientes de los campos de desplazamiento

La situación de la gente de Vanni, región de Sri Lanka, atrapada en el fuego cruzado, y reunida en manada en los campos de desplazamiento y alrededores de Vavuniya (Sri Lanka central), ha estado muy presente en las noticias durante las últimas semanas.

Introducción

La situación de la gente de Vanni,  región de Sri Lanka,  atrapada  en el fuego cruzado, y reunida en manada en los campos de desplazamiento y alrededores  de Vavuniya (Sri Lanka central), ha estado muy presente  en las noticias durante las últimas semanas.

A través de estas líneas vamos a compartir con vosotras unos pasajes de una carta que escribió Sr. Theophane Cross a Sr. Yolande, Provincial de  Jaffna. Sr Theophane trabaja como voluntaria en el Hospital de Vavuniya y actualmente  trabaja con un gran  número de pacientes de los campos de desplazamiento,  abatidos por la varicela, y aislados en un hospital.   

 

Government
Hospital
, Poovarasankulam, Vavuniya,

28.03.2009


“Después de dos semanas me gustaría escribir algo sobre mis experiencias. Desde que dejé Colombo el 13 de marzo estoy feliz de poder hacer algo por nuestro pueblo. He experimentado la ayuda de Dios y su  apoyo en cada incidente y hasta en los pequeños acontecimientos.


El 14 de marzo recibí el permiso de ir al  hospital de Poovarasankulam, donde luchaban  contra una epidemia de varicela entre la gente desplazada. El 16 de marzo comenzamos a visitar a nuestra gente que se debate  contra la enfermedad. La epidemia se ha extendido por  todos los campos. Incluso los bebés se han contagiado. Los pequeños vienen y nos agarran de la mano.  Los hombres y mujeres se acercan para decir o preguntar algo privadamente. Ellos solos no pueden limpiar el lugar donde se encuentran. Entonces nosotras hacemos la limpieza exterior por la mañana. A veces ellos nos compadecen. Pero nosotras podemos tenemos la posibilidad de  asesorarles. Algunos que están de paso ayudan a la limpieza. Sobre todo lo hacemos las Hermanas. Dos religiosas del Buen Pastor (cingalésas) y dos de
la Santa Cruz están allí conmigo.


A veces van a su comunidad, y nos quedamos en el convento de las Hermanas del Buen  Pastor. Desde hace unos días un matrimonio ofreció su casa por tres meses. Sr.  Concepta , hermana de Regina, hermana de
la Sagrada Familia , nos presentó a este matrimonio. Yo estaba feliz de ver su buena voluntad  y su generosidad al  ofrecernos su casa con un gran jardín, sin condiciones.  Lo limpiamos con la ayuda de los huéspedes del convento del Buen Pastor. CARITAS proporcionó un poco de dinero para nuestros gastos de alimentación. El 17 por la tarde arreglamos cosas y preparamos unos  fideos para la noche. Desde el primer día tres Hermanas Carmelitas Apostólicas se unieron a nosotras en la nueva casa. Éramos seis, la semana siguiente se nos unió una hermana de
la Santa Cruz. Tres religiosas Salvatorianas vinieron a visitarnos con dos hermanas jóvenes. Ahora somos 8 y vendrán dos Salvatorianas para trabajar en otro lugar.
Así aumenta el número de las que hacemos los trabajos de la casa. Tratamos de cocinar al mediodía y con la ayuda de una familia nos organizamos para la mañana y la noche.


Vamos al hospital en 8.a.m y venimos a casa a las  12 o 12.30, por lo general, bajo un sol que abrasa. Por la tarde nos vamos a las  4.30/5.00pm y volvemos 8.30 o 9.00. Por turno, nos quedamos en el hospital de dos en dos desde las 7.30 hasta las 10.30 de la tarde. Al principio lo encontramos cansado pero ahora estamos acostumbradas. Vin o a visitarnos el Director del Servicio de Refugiados de los Jesuita con dos sacerdotes  vino a visitarnos. También vino un sacerdote con un grupo de  gente y ofreció 25,000 Rupias. Los Valvothayam, organización humanitaria de Mannar (Nordeste de Sri Lanka) y JRS( Servicio de Refugiados de los Jesuitas) nos  proporcionan algunas cosas para que las distribuyamos entre los necesitados.


Hace dos semanas teníamos 1.200 enfermos. Esta semana casi 700. Esperamos que hacia el final de abril haya menos. Los enfermos vienen de Vanni. Cada uno tiene su propia historia. Cuentan cosas terribles. Llegan en muy malas condiciones. Al compartir tienen que luchar con sentimientos muy difíciles. Algunos dicen: “Por milagro estoy vivo.” La mayor parte de ellos nos contaron que la mitad de la gente que venía  con ellos había muerto,  pero Dios nos protege y nos salva.


Yo llevo estas historias a la oración. El sentimiento de impotencia es muy fuerte. Los trabajadores del Gobierno están muy deprimidos. También rezamos por ellos. Estamos preocupadas por el pasado, y el futuro; muchos viven inquietos por los miembros de su familia que están todavía en Vanni. Es muy difícil escuchar lo que nos cuentan.


¡Es tan doloroso oírlos  gritar y pedir! Pero Dios me ayuda a ser una mujer valerosa para estar con ellos y compartir su dolor. Estoy muy contenta de  estar aquí; estoy bien y estoy contenta de poder realizar esta misión. Muchas gracias por permitirme compartir mi amor con los pequeños, y por darme esta gran y maravillosa oportunidad de estar con nuestra gente traspasada de dolor. Estoy tan agradecida a usted querida hermana.


Sr.Theophane Crooss