Un hombre de esperanza

Con alegría conmemoramos el 232º aniversario del nacimiento de un hombre de esperanza: nuestro querido fundador de la Sagrada Familia, Pedro Bienvenido Noailles. Nacido en Burdeos, Francia, el 27 de octubre de 1793, entró a formar parte de una familia de comerciantes muy cariñosa, la del Sr. Pedro Noailles y la Sra. Madeleine Richard, un hogar lleno de ternura, fe y unidad, que esperaba con ilusión a su octavo hijo de entre diez.

Eran tiempos difíciles para Francia, que aún se recuperaba de la Revolución Francesa de 1789. Como relata el historiador Peyrous B. (2005): “Todas las clases sociales sufrieron enormemente las perturbaciones causadas por las doctrinas revolucionarias. Mientras que el clero fue proscrito y perseguido, la nobleza se enfrentó al patíbulo y el comercio quedó destruido, sumido en la ruina financiera y el caos”.

En medio de esta agitación, el nacimiento de Pedro Bienvenido Noailles se produjo de forma discreta, pero con un propósito divino. Dios tenía un plan para él y, gracias a las fuerzas moldeadoras de la familia y el tiempo, se convirtió en un verdadero «hombre de esperanza»: para su propia época, para la familia espiritual que más tarde fundaría y para innumerables personas hoy en día. Sus escritos y su incansable dedicación a la fundación de la Sagrada Familia dan testimonio de esta esperanza.

Consideremos sus propias palabras, llenas de compasión e inspiración:

“Acudís junto a nuestro Padre. ¿Qué queréis? ¿Qué buscáis?  Los que están en tinieblas buscan la luz, los turbados piden paz. Todos quieren ser fieles a su vocación, conocer sus deberes, alimentar sus esperanzas…” (Guía Espiritual #149).

Y sus reflexiones sobre la vida sencilla e íntima de la Sagrada Familia:

Sagrada Familia, a quien me gusta contemplar cuando, terminadas las tareas de la jornada os reuníais para orar, para trabajar… en la sencilla casa de Nazaret. En ese momento una mirada, una palabra, una caricia del Niño Jesús, aliviaba a María de las fatigas domésticas y a San José de su penosa tarea. Quiero poner en vuestras manos, como una ofrenda agradable, todos los pensamientos, todos los deseos, palabras y acciones de este día. Quiero comportarme siempre como un hijo, imitaros en todo y vivir siempre vuestra misma vida” (Guía Espiritual #172)      

La esperanza de Pedro Bienvenido Noailles también se hizo evidente en sus primeras acciones como sacerdote. El 8 de enero de 1820, tres jóvenes expresaron su deseo de dedicar sus vidas a Dios. El 28 de mayo de ese mismo año, él había fundado con ellas la primera comunidad de la Sagrada Familia (Un Hombre Bueno pasó por aquí, 1984). Este humilde comienzo sentó las bases de la familia espiritual que conocemos hoy, que acoge diversas vocaciones bajo su guía.

Al celebrar su vida, damos gracias a Dios por bendecir a la Iglesia con un hombre de virtudes, dones y valores excepcionales. Su legado nos desafía como miembros de la Familia PBN: ¿Estamos viviendo como personas de esperanza, difundiendo activamente la espiritualidad de la comunión en nuestro mundo?

En este día, en el Año Jubilar de la Iglesia Universal, reflexionamos sobre la visión y la misión de nuestro Fundador, que siguen guiándonos como pueblo peregrino, caminando juntos con una sola voz y un solo corazón. Nos preguntamos: ¿Qué invitación nos ofrece su vida para avanzar como una familia carismática y vibrante de esperanza?

 

Hna Rubeni PEJERREY

Peru